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lunes, 5 de marzo de 2018

El Papa invita a confesarse en Cuaresma: «Dios no amenaza, llama con dulzura, ofreciendo confianza»

El Papa invita a confesarse en Cuaresma: «Dios no amenaza, llama con dulzura, ofreciendo confianza»


















El Papa Francisco ha presidido  la misa en la Casa Santa Marta donde habló 
de la importancia de la confesión y de la llamada a la conversión 
durante la Cuaresma.

De este modo, recordó que Jesús llamaba a la conversión a los pecadores pero
 “no amenaza, sino que llama con dulzura, ofreciendo confianza”.

Y para ello recordó la lectura del libro de Isaías en la que Dios se dirige a los
 jefes de Sodoma y Gomorra diciéndoles: “Venid, pues y discutamos”.

La llamada a la conversión
 “El Señor dice: ‘Venid y discutamos. Hablemos’. No nos asusta. Es 
como el padre del hijo adolescente que ha hecho una chiquillada y debe 
reprenderlo. Y sabe que si va con el bastón la cosa no irá bien. Debe entrar 
dando confianza”, afirmó Francisco.

Según recoge Aciprensa, en este fragmento bíblico el Señor, dijo el Papa,
 “nos llama como si nos dijera: ‘Venga, venid. Tomemos un café juntos. Hablemos, discutamos. No tengáis miedo, no quiero daros 
bastonazos’. Y como sabe que el hijo piensa: ‘Pero yo he hecho cosas…’, 
rápidamente reacciona: ‘Incluso si tus pecados fuesen como de color 
escarlata, quedarán blancos como la nieve. Si son rojos como el carmesí, 
se volverán como la lana’”.

El Pontífice explicó que Jesús actúa con el pueblo pecador del mismo 
modo que el padre con el hijo adolescente, actuando con confianza, porque 
“un gesto de confianza acerca al perdón y cambia el corazón”.

"No quiere darnos bastonazos y condenarnos"
Por ello, pidió dar gracias al Señor “por su bondad. Él no quiere darnos bastonazos y condenarnos. Ha dado su vida por nosotros y ahí 
reside su bondad. Y siempre busca el modo de llegar al corazón. Y 
cuando nosotros sacerdotes, en el lugar del Señor, debemos sentir las
 conversiones, también nosotros debemos tener esa actitud de bondad, como
 dice el Señor: ‘Venid, discutamos. No hay problema. Aquí tienes el perdón’, 
y no presentarse con amenazas”.

En este sentido, señaló que “a mí me ayuda ver esta actitud del Señor: el padre
 con el hijo que se cree grande, que se cree que ha crecido y, sin embargo, todavía 
está a medio camino. El Señor sabe que todos nosotros estamos a mitad de 
camino, y tantas veces tenemos necesidad de esto, de escuchar esta palabra: 
‘Ven, no te asuste, ven. Te perdono’. Y esto te anima”.

Por último, animó a “ir junto al Señor con el corazón abierto: Él es el Padre 
que nos espera”.
ReL


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