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martes, 20 de diciembre de 2016

Descubre un mercado navideño con 500 años de tradición

Las familias de la región del Cusco celebran al “Niño Manuelito” en vísperas de Navidad con la tradicional feria de “Santurantikuy” 


Descubre un mercado navideño con 500 años de tradición

 ESTHER NÚÑEZ BALBÍN, aleteia
Los portales de la plaza de armas del Cusco sirven de refugio a los niños y sus familias la madrugada del 24 de diciembre. Siempre hay alguien que les acerca el chocolate caliente. Familias enteras bajan de las alturas de la región cusqueña. Y es que a las 4 de la mañana se inicia la feria del “Santurantikuy”.

“Pastos para el nacimiento”, salvajina, hierbas, artesanías, y todo lo que pueda servir para adornar los nacimientos en los hogares de la ciudad imperial, son algunos de los artículos que expenden las familias peruanas en esta feria, considerada desde hace 500 años una tradición de la Nochebuena.

En 2009 este tradicional mercado que se realiza en la Plaza de Armas fue declarado Patrimonio Nacional del Perú. Y es que esta plazuela se transforma para recibir a cientos de artesanos y escultores cusqueños, quienes exhiben sus mejores obras en la feria costumbrista de arte popular más grande del país.



Familias cusqueñas celebran al “Niño Manuelito”
Desde las 4 de la madrugada del día 24 de diciembre, padres de familia, profesores y voluntarios de la familia salesiana de esa región se reúnen en lugares alternos para alumbrar con un poco de solidaridad la vida de estos niños y sus familias.

“Santurantikuy”, que en quechua significa venta de santos, se originó cuando los españoles visitaban los pueblos indígenas para evangelizar. En épocas de Navidad ellos, les iban hablando del “Niño Manuelito”, el niño que nació en Belén.

Los plásticos que cubrían a los niños que pernoctaban a la intemperie, no los guarecían de las bajas temperaturas que imperan en la noche. El frío y la lluvia laceran la frágil salud de muchos “Manuelitos” en estas épocas navideñas.

Navidad para los niños del Cusco
Algunos tienen el rostro con chapas rojas y una mirada pícara. Otros parecen tener piel cobriza, mientras que los demás “manuelitos” mantienen sus brazos abiertos, dando la bienvenida.

Es la fiesta del “Niño Manuelito”. Los artistas se proponen esculpir diferentes actitudes en los rostros de estas piezas de arte que el pueblo cusqueño venera todos los años durante la Navidad.

Víveres, ropa y juguetes alegran esta noche los hogares cusqueños. Los turistas adquieren hermosos belenes fruto del trabajo de estos artistas peruanos durante un año. Como ya es tradición durante esta feria cusqueña, los visitantes suelen degustar “el ponche”, bebida dulce típica del Perú que permite a los visitantes mantener el calor mientras realizan sus compras.

Con las mantas tendidas sobre el piso, “Santurantikuy” se convierte en un mercado provisional donde imaginarios y artesanos ofrecen lo mejor de su arte. Además de adquirir estas finas piezas, también se pueden hacer realidad los sueños de decenas de “manuelitos” que, al descender de lo más alto de la región Cusco, guardan la esperanza de celebrar la Navidad.

El Perú celebra al “Manuelito”. El mercado finaliza el mismo día, antes de la medianoche, que es cuando los peruanos corren a casa para festejar la tan ansiada víspera de Navidad.

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