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viernes, 4 de noviembre de 2016

Decálogo para educar la espiritualidad en la familia

Acuérdate que el ejemplo y lo que tus hijos ven
es lo que más educa


Decálogo para educar la espiritualidad en la familia


La espiritualidad en la vida familiar es una gran herramienta para vivir con mayor plenitud y darle a la vida un sentido trascendente.

Ahora proponemos una serie de tips muy concretos y prácticos que pueden servir de apoyo a los padres de familia, a los educadores, catequistas y a toda persona involucrada en la formación integral, para “formar” esta espiritualidad en todas los miembros que conforman la familia.

1. Revisa tus propias creencias: Pregúntate qué tan convencido estás de lo que crees, de lo que profesas y qué tanto lo practicas. Pregúntate qué tipo de vida espiritual quieres para tus hijos y cómo se la vas a dar. Acuérdate que el ejemplo y lo que tus hijos ven es lo que más educa. ¿Vas a Misa todos los domingos?, ¿Rezas frecuentemente?, ¿Tienes presencia de Dios cotidianamente?
2. Incluye la espiritualidad en la vida de tus hijos desde muy temprana edad. Los niños pequeños no comprenden quién es Dios, pero si les hablas de Él, empezarán a familiarizarse y a conocerlo. Cuéntales la Historia Sagrada a manera de cuento, háblales de la vida de Santos, recen juntos.
3. Aprovecha las actividades de la vida cotidiana para enseñarles a vivir una Espiritualidad natural y espontánea. Enséñales a agradecer todo lo que tienen: papás, amigos, abuelos, su perro, sus talentos…Enséñales a dar a los que tienen menos, a compartir, a amar…
4. Dale la importancia que merece a todos los eventos sagrados: Bautismo, Primera Comunión, Confirmación… Haz hincapié en la grandeza que éstos merecen, que lo más importante es recibir la gracia de Dios, que por lo tanto se hará un evento bonito, alegre, con todos los amigos y familiares. Que esos momentos merecen preparación, alegría, porque Jesús es lo mejor. Tú, como papá o mamá, tienes que estar convencido de esto, transmitirle esa alegría, ese amor, esa importancia.
5. Apóyate en instituciones o personas o catequistas que puedan colaborar contigo en esta formación espiritual.Acude a tu parroquia, donde seguramente habrá algún movimiento bien establecido que te dé todos los elementos para lograr esto con mayor facilidad, logrando que sea atractivo.
6. Haz que sea divertido, atractivo. Logra que les guste realmente. Adapta la información y la formación a la edad de tus hijos. Actualízate, que tus comentarios y ejemplos se adapten a lo que ellos viven, oyen, perciben…Que no vean la Espiritualidad como algo del pasado y de viejitos que no tienen relación alguna con su vida. Al contrario, que la vean como el arma maravillosa que les da sentido a su vida.
7. Enséñales una forma sencilla de orar. Que platiquen con Dios como platican con un amigo. Que vean en Jesús a su confidente, a su mejor amigo. Que reconozcan que Jesús le puede escuchar, ayudar, impulsar a ser mejor.
8. Dale el carácter “espiritual” a cualquier festividad religiosa. Procura hacer un contrapeso con tanto materialismo y comercialización que presenta la sociedad. La Navidad es importante porque nace Jesús; la Pascua lo es porque Jesús resucita… y así en cada festividad. Llénalo de contenido espiritual sin quitar los regalos, lo divertido, lo atractivo. Hazles saber que es bonito porque se tiene a Dios.
9. Con los jóvenes aprovecha sus inquietudes intelectuales, su capacidad crítica, su conducta rebelde, para que estudien, profundicen, investiguen y finalmente se convenzan de la grandeza de Cristo. Hay que retarlos para que ellos caigan en la cuenta de que Cristo es quien les dará sentido a sus vidas.
10. Todo esto con un gran amor y respeto por nuestros hijos, porque ellos son merecedores del gran amor de Dios. Lo tienen que conocer, sentir y amar. Como padres católicos es nuestro deber y nuestro compromiso con Dios.

Cecilia Elizondo L.
Artículo originalmente publicado por Desde la fe

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