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martes, 7 de junio de 2016

Sólo para hombres: Los Madrugadores rezan, comen juntos, colaboran en acción y crean lazos de fe

Iniciativa nacida hace 26 años en Chile: hoy madrugan en varios países

Sólo para hombres: Los Madrugadores rezan, comen juntos, colaboran en acción y crean lazos de fe


Son hombres -solo varones- que madrugan para rezar juntos. Después, comen juntos, y hablan, comparten sus ideas y sentimientos en la mesa, con sus iguales. Son Los Madrugadores (www.madrugadores.cl). Nacieron en Chile en el movimiento mariano de Schoenstatt hace 26 años, pero ahora hay grupos en diversos países hispanos (Bolivia, Argentina, Perú, Costa Rica, Puerto Rico, México...)  y la mayoría ya no están ligados a Schoenstatt. 


"Somos grupos de hombres que nos reunimos temprano, a las 7 a.m. en Chile, entiendo que en Costa Rica es a las 5 a.m. o a las 6 a.m.", explica al semanario católico de Costa Rica, EcoCatolico.org, su iniciador Octavio Galarce, chileno, casado y padre de cuatro hijos.

"Iniciamos 26 años atrás como una respuesta a muchos que de alguna manera querían expresar su fe bajo la trilogía de la Misa, la Mesa y el Mundo. Tenemos un primer momento litúrgico, muchas veces es la Eucaristía, otros Laudes o el Rosario, depende de la disponibilidad de sacerdotes. Luego compartimos el desayuno, es el tiempo de la mesa, es lo humano, para compartir nuestra realidad", explica.


Los Madrugadores han constatado que a muchos hombres les resulta incómodo expresar sus sentimientos de fe, o sus inquietudes acerca de la vida, pero en un entorno de camaradería masculina les es más fácil abrirse al hermano. "Al hombre le cuesta expresar su sentimiento en general, pero cuando está entre sus pares existe más la posibilidad de que abra su corazón y pueda compartir lo que está viviendo". 

Además, a menudo hay un elemento de acción: reunirse para colaborar en alguna acción solidaria, de transformación del mundo. "Decimos que es el campo de acción de nuestro apostolado, creemos en esta trilogía, para poder ser agentes que nos permita fortalecernos entre nosotros y ayudarnos, como pide el Papa, para ser testimonio vivo de nuestra fe".

Lo que empezó como un grupo de oración matinal masculina en el santuario de Schoenstatt en Rancagua, Chile, se ha ido extendiendo. "De las 110 comunidades de madrugadores en Chile, solo 25 están asociadas alrededor de la Virgen de Schoenstatt", explica Galarce.


Tradicionalmente, en los países hispanos muchos hombres han dejado que sean las mujeres las que van a rezar. "Hemos dejado esa “labor” de la oración a la mujer, por comodidad. Sabemos que la mujer es la que más participa, y es una realidad de nuestros países latinoamericanos. Igual dejamos el rol de la educación de los hijos a las mujeres. Los Madrugadores es un camino de acercamiento a Dios y hemos visto cómo los hombres de alguna forma se sienten atraídos por algo en particular. Quizá el hecho de que sea solo para hombres, permite ese primer atractivo", señala Galarce. 

Una cosa interesante de los grupos es que juntan hombres de diversas edades. "Es impresionante, uno podría pensar que el hombre a cierta edad ya no tiene nada que hacer, y verlos integrados en nuestras comunidades con mucho entusiasmo nos otorga un sentido de vida y alegría. Aquí llegan solteros, casados, incluso separados, incluso de otras religiones. Nuestra labor es poner al hombre en la presencia de Dios, de ahí en adelante ellos se entienden con Dios. Como dice el Papa Francisco, no nos corresponde juzgar, nos da mucha alegría cuando el Papa habla de la misericordia".

Aunque los madrugadores intentan cuando pueden "hacer madrugar" a un cura para que celebre la misa con ellos, Galarce insiste en que la iniciativa es laical: nació de laicos y quiere mantener el protagonismo de los laicos. "Agradecemos enormemente que en muchas de nuestras comunidades los sacerdotes son un madrugador más, con un rol muy importante y que ninguno de nosotros puede suplir. Pero, insisto mucho en nuestro papel como laicos comprometidos con nuestra Iglesia, del testimonio de la consecuencia de vida, de lo que significa ponerse en una realidad donde a nosotros nos mirarán y nos juzgarán por lo que hacemos".

Los Madrugadores participan con frecuencia en actividades
de servicio solidario; aquí, con monos blancos, acuden a
pintar y reparar instalaciones de Casa de la Madre de Dios en la comuna de Padre Hurtado, Chile


Los Madrugadores acogen a todos los hombres, y son eficaces contra la soledad. Tienen una estructura mínima: "No tenemos jefes, no damos órdenes, tienes mucha libertad..." Y asombra que hombres de 60 o 65 encuentran "su lugar" aquí, después de años quizá distraídos de Dios.

Al tener que madrugar, uno podría sentirse tentado a protestar o refunfuñar. Pero precisamente esa debe ser la primera victoria del madrugador. "Un madrugador no puede ser amargado. El madrugador debe ser un tipo alegre, pese a todo lo que le pasa", explica Galarce. "Es decir, uno escucha testimonios impresionantes de lo que a cada uno le toca vivir, a unos más fácil o menos fácil, pero queremos llevar a la Santísima Virgen y a Dios en nuestro corazón. Desde ese punto de vista, ser un testimonio y poder hacerlo con mucha alegría en nuestras comunidades. Se da mucho lo que significa lo comunitario, el encuentro, el abrazo, el alegrarnos cuando vemos a otro, y por eso es que por lo menos esto que se dice en Chile con mucha jocosidad, es que la amargura no cabe dentro de un madrugador".

Una clave  del poder transformador de Los Madrugadores es la perseverancia. Aunque desde el principio nació como un encuentro quincenal, y a muchos les parecía una periodicidad baja, o poco exigente, con el tiempo se mostró que era capaz de generar los lazos y la perseverancia necesarios. Estas reuniones logran vincular a los hombres entre sí, con la Virgen, con la Eucaristía, con Dios, con su prójimo. 

Tiene algo que gusto al varón: un elemento de reto. "Hacemos silencio y nos arriesgamos a hablarle a Dios. El riesgo consiste en que Dios contesta y no se puede oír la voz de quien es el Camino, la Verdad y la Vida, sin poner en grave cuestionamiento mi comodidad, mi aburguesamiento y mi egoísmo", plantea la web de los madrugadores en Chile. 

La web especifica además que "los Madrugadores se reúnen con plena conciencia de su ser varonil" y que algunas comunidades pueden desarrollar lazos especiales con santos varones que sirven de modelo al hombre: San José, San Francisco, el padre Alberto Hurtado en Chile, etc...

Los madrugadores poco a poco van formando una "comunidad de corazones", que favorece su crecimiento espiritual. El comer juntos, rezar juntos y a menudo el trabajar juntos en tareas solidarias, crea una fraternidad alegre. Se pide a los madrugradores"acoger a sus hermanos con generosidad y respetar las originalidades de cada uno y de cada comunidad". También se les pide que cada grupo "respetando las vocaciones personales de sus integrantes, asumen proyectos o tareas apostólicas", coordinándose con su iglesia local. 

Los frutos -lo constatan muchos hombres en 26 años- hacen que el madrugón valga la pena.

Fotos de la actividad de Los Madrugadores en:



 

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