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viernes, 5 de febrero de 2016

Una visión de la Inquisición

Cuidado con los juicios de valor anacrónicos

Inquisition : "Les inquisiteurs interrogent un heretique sous la torture, 15eme-16eme siecle" (Inquisition : inquisitors questioned under torture a heretic, 15th-16th century) Engraving 19th century Private Collection ©The Holbarn Archive/Leemage

JEAN-PIERRE DEDIEU, aleteia  

La Inquisición (que en su origen etimológico latino significainvestigación, indagación), era un tribunal de la Iglesia cuya misión erala represión de la herejía.

Formalizada en la Edad Media y activa hasta el siglo XIX, la Inquisición ha abarcado tres realidades diferentes: la Inquisición medieval (siglos XIII a XV), la Inquisición española (de 1478 a 1820) y la Inquisición romana (a partir de 1542), que no han actuado en todas partes con los mismos objetivos ni con la misma intensidad.

La Inquisición española –considerada como la más dura- fue fundada en el siglo XV en un reino en busca de unidad. Sus excesos se explican en parte por un contexto de grandes tensiones sociales y religiosas, al final de la Reconquista contra los moros.

Cuidado con los juicios de valor anacrónicosLa esencia de la Inquisición pertenece a una época ya pasada: la justicia recurría por doquier a métodos violentos, y la Iglesia fue, junto con las autoridades civiles, el garante del vínculo social de la época.

En un contexto donde la sociedad civil estaba respaldada por la sociedad religiosa, y viceversa, se introdujeron en la gestión de la religión las formas de acción propias de la gestión civil.

La Inquisición trataba de salvar las almas, antes de emitir su condena. Los nuevos procedimientos inquisitoriales creados para identificar a los herejes supusieron un progreso en comparación con los métodos de la justicia civil de la época.

Estos procedimientos han contribuido a la fundación de la justicia moderna. Algunos acusados preferían los tribunales de la Inquisición a los de la justicia civil.

La Inquisición autorizó un uso supervisado de la fuerzaNunca tuvo el poder de sentenciar a muerte, sino que entregaba al poder secular la ejecución de la sentencia.

La Inquisición española dejó diez mil víctimas en seis siglos: es mucho, pero no tanto en comparación con las cincuenta mil “brujas” quemadas en el mundo protestante a principios del siglo XVII.
En otros lugares, la pena de muerte siguió siendo un castigo, entre otros, aunque pasó a ser algo excepcional a partir de finales del siglo XIII.

Sin embargo, las cifras no cambian el fondo: un único muerto matado en nombre de Cristo ya es un escándalo. La Iglesia pidió “perdón por el consentimiento manifestado, especialmente en algunos siglos, con métodos de intolerancia e incluso de violencia” (San Juan Pablo II).

¿Qué otra institución asume de verdad su responsabilidad durante 2000 años de historia?

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